Soy…

…la que entregó el corazón a la luz hace eones, en un estado de paz absoluto y atemporal. Sabiendo que jamás nada podría pasar, porque estaba totalmente protegida en el abrazo más cálido que se pudiera sentir en toda la humanidad, el abrazo de Dios Padre Madre.

Soy la que decidió encarnar generación tras generación a lo largo de miles de vidas para ayudar a la humanidad a encontrar la LUZ, en su camino hacía la redención.

Soy la que junto a millones de seres trabajamos incansablemente día y noche para enviar AMOR a todo lo que habita en el planeta.

Soy la que cayó en las garras de la obscuridad más profunda, olvidando así mi origen de realeza espiritual.

Soy la que ha servido a seres obscuros para hacer sus fechorías, dejando que me manejaran como a un títere, transgrediendo así la ley universal del Amor y el libre Albedrío.

Soy la que de descendió al infierno mismo de la desolación en varias vidas, siguiendo un amor pasional, lujurioso y negro como el mismo abismo.

Soy la que a lo largo de las encarnaciones ha vivido como mujer y hombre, trayendo hijos al mundo para enseñarles la Luz y otras tantas veces para imbuirlos de obscuridad.

Soy la sacerdotisa del bien y también la sacerdotisa del mal, trabajando en ambos frentes a lo largo de mil vidas.

Soy la que trabajó en Egipto en su hora más obscura, sirviendo como aliada del mal y también la que ha estado en el templo de Isis aprendiendo a enfocar el poder de la Luz.

Soy la que aprendió los secretos de los dioses griegos y estuvo junto a Afrodita como sacerdotisa, manifestando la fuerza del amor, a través de la cultivación del espíritu y la energía femenina de más alto voltaje.

Soy junto a millones de seres encarnados en este momento, los que trabajamos incansablemente día y noche para traer Amor y Armonía. Estamos siendo asistidos constantemente por nuestra LUZ interna, que es la LUZ de Dios Padre Madre y los hermanos mayores de las estrellas, que nos ayudan a no bajar los brazos.

Hemos venido a recordar nuestro origen y trabajar juntos para ayudar, dar amor y brindar sanación a quien lo necesite.

La humanidad aún no se dió cuenta que fuimos, somos y seremos siempre, absolutamente siempre, partículas de Dios Padre Madre y que él habita en cada uno de nosotros.

AYUDARLOS A DESPERTAR  Y REENCONTRARSE CON LA LUZ ES NUESTRA TAREA EN ESTA TIERRA AQUÍ Y AHORA!!!