Existe…

En este último tiempo se escucha mucho la expresión «existe pero no le tengo miedo «. En realidad, desde siempre, cuando nos referimos a enfermedades o maldad se utilizan mucho esas palabras.

Decir que algo existe es etiquetarlo… ponerle nombre, es caer en el error que por los siglos el hombre ha hecho, sin darse cuenta de las consecuencias.

Esa necesidad imperiosa de ponerle nombre a todo, es darle poder para que actúe en nuestra vida, tanto para bien como para mal.

Decir que algo existe, es darle la trascendencia necesaria para que modifique nuestro pensamiento.

Cuando le damos existencia e importancia a la luz, la bondad, a los buenos deseos, se ponen en movimiento en nuestro ser, innumerables sensaciones de bienestar, de paz, de tranquilidad y armonía que sólo nos conducen a sentirnos cada vez mejor y nuestros caminos de sanación y prosperidad comienzan a abrirse paso en nuestra vida.

Pero cuando damos existencia a las enfermedades, ya sean mandadas o no, o cuando le damos nombre a la maldad, sutilmente le abrimos la puerta de par en par para que se hagan carne en nosotros.

De esta manera, modificamos nuestro vivir, nuestro pensar, nuestro sentir , llenándonos de negatividad, atrayendo a nosotros mismos todo lo malo. Comenzamos a vivir con miedo a todo, llegado el punto de sentir miedo hasta de respirar…Y sin darnos cuenta, nos vamos muriendo de a poco, la luz en nosotros comienza a apagarse y le damos todo nuestro poder divino a la obscuridad, que a través del miedo, actúa para que no podamos cumplir con  nuestro destino iluminado.

Recuerden: Antes de darle existencia a algo, piensen de donde viene y si vale la pena darle toda la energía! La energía primordial está en ustedes…sientan!!!